El Tajín es una de las ciudades con mayor cantidad de canchas para el juego de pelota prehispánico, 17 en total. Más allá del juego que consistía en pegar a una pelota con las caderas, para los pobladores era un ritual que tenía que ver con su explicación del origen del mundo y estaba íntimamente ligada con sus gobernantes y su legitimación de la autoridad.